Shannon Woeller: “Me siento orgullosa de tener la oportunidad de representar al Valencia”

Recién aterrizada en España después de su fichaje por el Valencia CF, equipo de la Primera Iberdrola, la defensa canadiense Shannon Woeller charló con el reportero de She Kicks Nick Aitken. Sobre la mesa, su ADN deportivo, la decepción de los Juegos Olímpicos, cómo es ser una trotamundos o lo que espera aportar al club che.

She Kicks: Vienes de una familia de deportistas. De hecho, tu bisabuelo Beattie Ramsay fue una leyenda del hockey sobre hielo, y tú practicaste un buen número de deportes siendo todavía una niña: fútbol, baloncesto, béisbol, ciclismo de montaña y esquí. ¿Cómo y cuándo decidiste centrarte en el fútbol?

Shannon Woeller: De pequeña me encantaban todos los deportes. Recuerdo que, cuando tenía cuatro años, decidí que quería ser deportista viendo los Juegos Olímpicos. Durante años quise ser jugadora de hockey sobre hielo, como la mayoría de los niños y niñas canadienses. Sin embargo, cuando tenía doce años, se celebró en Canadá la Copa Mundial Femenina Sub-19 de la FIFA 2002. Fue la primera vez que vi en persona a futbolistas de élite y, desde ese momento, supe que aquello era lo que quería hacer y hacia donde quería encaminarme. Aquel grupo de chicas me sirvió de inspiración, porque quedaron subcampeonas y cambiaron para siempre el fútbol femenino canadiense. Años después, tuve la oportunidad de jugar con algunas de ellas y fue algo muy especial para mí.

SK: Ganaste el Campeonato Sub-20 de la CONCACAF 2008 con la selección canadiense, jugaste la Copa Mundial Femenina Sub-20 de aquel mismo año y, al año siguiente, diste el salto a la absoluta. Y todo con apenas 19 años. ¿Cómo fue el cambio de competir en categoría sub-20 a hacerlo en categoría absoluta? ¿Cómo de importante es el apoyo de tus compañeras en circunstancias así?

SW: Es un cambio abismal, desde luego. Creo que llevé bien la transición gracias a mi mentalidad, porque entendí que no tenía nada que perder, y lo vi como una oportunidad de aprender y crecer. Mi mayor objetivo en aquel momento era no complicarme demasiado ni intentar hacer muchas cosas a la vez. Quería dar pasos seguros, tomar buenas decisiones y, a partir de ahí, ir poco a poco. Y supongo que me salió bien. En cierto modo, es así como sigo desplegando mi juego en entornos nuevos. Había un montón de buenas compañeras y de gente buena en la selección canadiense, y las sigue habiendo. Siempre ha sido un grupo muy acogedor, que exige mucho a las jóvenes pero que también las acepta. Y eso me ayudó mucho, desde luego.

©️📸 @canadasoccer

SK: Pese a ser una pieza clave en la clasificación de Canadá para los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y de participar en la Copa de Chipre de ese año, no entraste en la convocatoria olímpica. ¿Te explicó el cuerpo técnico las razones de esta decisión, así como tu larga ausencia posterior del combinado nacional? ¿Cómo superaste aquella decepción?

SW: Fue el periodo más difícil de mi carrera. Perderme los Juegos Olímpicos me dolió muchísimo, sobre todo después de haberme sentido parte del viaje de la selección hasta allí. Fue muy duro ver cómo se truncaba en el último momento mi sueño de toda la vida. Sinceramente, necesité varios años para poder pasar página. Quería que me dieran otra oportunidad para demostrar mi valía, y me sentí muy frustrada por no tenerla. Tres años después tuve una especie de revelación, y comprendí que aún podía seguir jugando al deporte que tanto quiero, y que era una afortunada por poder ganarme la vida siendo futbolista.

Me di cuenta de que frustrarse por algo sobre lo que no tenía el control significaba malgastar mis fuerzas, de manera que lo dejé correr y pasé página, y así fue como volví a enamorarme del fútbol. Me sorprendió mucho que me convocaran de nuevo en 2017. No esperaba volver a tener esa oportunidad. El seleccionador me dijo que le había demostrado que estaba equivocado, y supongo que, en cierto modo, se cerró un círculo. Toda esa experiencia me hizo valorar de una manera renovada lo que significa representar a Canadá, y procuro tenerlo muy presente cada vez que voy con la selección.

SK: Has jugado al fútbol en Canadá, Estados Unidos, Noruega, Islandia, Alemania, Suecia y ahora España. ¿Crees que vivir en culturas diferentes y probar estilos de juego distintos te ha hecho ser una jugadora más completa? ¿La exigencia técnica de la liga española te planteará un reto diferente en comparación con las competiciones del norte de Europa, más exigentes físicamente?

SW: Sin duda. Creo que cada país tiene su propio estilo y te plantea nuevas situaciones a las que debes adaptarte. Yo noto que he aprendido cosas nuevas en todos los sitios donde he jugado, y el hecho de afrontar nuevos retos y poder crecer en distintos aspectos en cada una de esas etapas me ha ayudado a incorporar nuevos elementos a mi juego. El estilo de juego español es asombroso. Es un reto que afronto con mucha ilusión, y ojalá me permita dar una nueva dimensión a mi juego.

SK: Ya ha habido muchas altas y muchas bajas en el Valencia este verano, y la afición está deseando saber algo más de las jugadoras que defenderán los colores de su equipo en la 2020/21. ¿Cómo se definiría como futbolista y qué espera conseguir con el equipo che?

SW: Me gusta pensar que soy una jugadora inteligente, tranquila, constante y muy trabajadora. Creo que sé leer bien el juego en el apartado defensivo, y mi posicionamiento es una baza a mi favor, porque me permite manejar bien los espacios y ayudar en la organización del equipo. Con el balón en los pies me gusta tomar decisiones sencillas, con rapidez, y hacer que el juego fluya hacia adelante.

El Valencia es un gran club con una historia muy respetable, y quiero formar parte de un equipo que construya algo especial, ir progresando en los próximos años y competir con los mejores clubes de la liga. Es un honor tener la oportunidad de representar a un club como este y ayudar a llevarlo en una nueva dirección.

Entrevista por cortesía de @sisusportsmanagement. Fomentando y apoyando el talento dentro y fuera de la cancha