Rocky Rodríguez: «No existe ningún sentimiento como el de poder traer alegrías a Costa Rica.»

Es normal que nos parezca que Raquel “Rocky” Rodríguez lleva ya bastante tiempo disputando torneos internacionales, porque es cierto: se incorporó a la selección nacional de Costa Rica… ¡con apenas 13 años!

Ahora, a los 26, esta polivalente centrocampista ofensiva es la máxima goleadora de todos los tiempos de su país, con 43 tantos en 72 partidos vistiendo los colores de La Sele femenina, y hace poco fichó por un grande de la NWSL, el Portland Thorns, después de brillar en el Sky Blue FC (fue elegida mejor Rookie de la NWSL de 2016) y en las categorías universitarias con el Penn State University (mejor futbolista de la NCAA Division I de 2015).

También es muy activa fuera de la cancha, y en febrero organizó la primera edición de la Clínica de Fútbol Rocky Rodríguez, en la ciudad costarricense de San Rafael de Alajuela, para chicas de entre 8 y 16 años. La figura del combinado femenino de las ticas, estrella del conjunto que se colgó la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de 2019, está actualmente confinada en su casa de Estados Unidos, desde donde ha charlado con Nick Aitken para She Kicks.

She Kicks: Muchas gracias por tu tiempo, Raquel. Desde muy joven siempre has sido una persona comprometida y luchadora, cualidades que te han llevado a la Sele femenina, al éxito universitario con Penn State y, luego, al fútbol profesional. ¿Nos podrías comentar tres puntos de inflexión en tu camino hasta aquí?

Rocky Rodríguez: El primer reto, y el más importante que logré superar, fue el de obtener una beca deportiva en Penn State. Fue el puente que me sacó de mi país y me llevó a Estados Unidos, país donde se iba a desarrollar mi carrera profesional deportiva. El segundo gran punto de inflexión fue anotar en la final con Penn State y ganar el NCAA Championship por primera vez para el club. Fue la cereza en el pastel después de un año muy exitoso. No obstante, esa cereza en el pastel era necesaria para poder ser drafteada y dar el salto al fútbol profesional estadounidense. El tercer punto de inflexión voy a atreverme a decir que fue venir a Portland Thorns. Si bien no he jugado ni entrenado siquiera con ellas, creo que es un equipo con una cultura competitiva, con una afición que te exige resultados, con objetivos de volver a ser campeonas de la NWSL. La idea de buscar estos factores de exigencia era encontrar un entorno que me impulse a seguir creciendo.

SK: Empezaste a jugar en la Sele femenina con tan solo 13 años. ¿Recuerdas cómo te sentías al empezar a entrenar y jugar con jugadoras internacionales mucho mayores que tú? El apoyo de tus padres, el cuerpo técnico y tus compañeras tiene que haber sido clave en esta situación, ¿no? 

RR: Al inicio tenía muchos nervios. Incluso entrenar con jugadoras mayores que yo era un reto, y competir contra jugadoras mayores, aun más. Sin embargo, ese roce y fogueo internacional fueron fundamentales en mi desarrollo como futbolista. Con el paso de los años y conforme he alcanzado metas personales, también ha crecido mi confianza, y con ellas he aprendido a manejar las emociones. La evolución del fútbol femenino en Costa Rica la he tenido que vivir desde lejos, pero ver el crecimiento me llena de alegría, puesto que la realidad del fútbol femenino actual es muy diferente a la que yo viví. 

SK: En Canadá 2015 anotaste el primer gol de Costa Rica en una Copa Mundial Femenina. ¿Qué recuerdos tienes de la jugada del gol? ¿Aquella diana marcó un antes y un después en tu carrera?

RR: Ese gol fue increíble. Iba llorando de vuelta al hotel luego del partido. Recuerdo que el gol llegó inmediatamente después del tanto que nos había marcado España. Me acuerdo también que, de nuestro grupo, la gente no apostaba mucho por nosotras. Ese gol supo a victoria en todos los sentidos. Supo a victoria personal y grupal; una alegría para mi país. Ser la máxima goleadora de mi país es una alegría y un orgullo. No existe ningún sentimiento como el de poder traer alegrías a mi país, poder aportar a mi selección con goles. Es un sentimiento muy profundo. 

SK: Te has ido superando prácticamente desde el momento que llegaste a Estados Unidos: ganaste el premio a la mejor jugadora de la NCAA, luego fuiste Rookie del año de la NWSL, marcaste el gol más rápido de la NWSL… Entre la exigencia de los estudios y el nivel deportivo, ¿ir a Estados Unidos a los 18 años fue el salto más grande que has hecho en tu carrera deportiva hasta ahora? ¿Crees que haber estudiado una carrera universitaria te ha preparado mejor para todo lo que conlleva ser una futbolista profesional, así como lo que viene después?

RR: Creo que la etapa universitaria fue muy importante en todos los sentidos. Si bien no es fútbol profesional, tiene las condiciones de un club profesional o incluso más. La universidad es un lugar de desarrollo integral; son cuatro años donde quemas etapas. Si escoges el lugar indicado para ti, saldrás de allí más madura, con un título universitario que nadie podrá quitarte y que siempre lo vas a tener para después de jugar al fútbol. Saldrás más fogueada. Quemar etapas conlleva paciencia y perseverancia. Como mencioné anteriormente, sin el fútbol universitario yo no hubiese estado donde estoy hoy. 

SK: A lo largo de tus cuatro años en Sky Blue compartiste vestuario con futbolistas de la talla de Christie Pearce, Carli Lloyd y Sam Kerr, entre muchas otras. Entre jugar con y contra jugadoras de tanta calidad y tener que adaptarte a varias demarcaciones diferentes, habrán sido cuatro años de mucho aprendizaje, ¿verdad? ¿Cómo has evolucionado como futbolista y como persona desde que te convertiste en profesional? 

RR: Los cuatro años en Sky Blue verdaderamente fueron de muchísimo aprendizaje. Repito, yo creo en etapas y en ciclos en la vida que debemos experimentar y «quemar». Sin estos cuatro años no estaría lista para la nueva etapa en Portland Thorns. Es lo que pienso. Tenemos que ser humildes y aprender siempre. Compartir camerino con jugadoras como las mencionadas es un privilegio y una gran oportunidad de aprendizaje. Creo que no solamente aprendí mucho y evolucioné, sino que también, al pasar del tiempo, me di cuenta de que tengo las condiciones y criterios para jugar con futbolistas de esa talla. 

SK: Este invierno, Portland Thorns movió ficha para traerte. Es un club conocido mundialmente por su afición y por el ambiente que hay en los partidos que juega en casa. Me imagino que tienes muchas ganas de poder entrenar a diario con compañeras como Becky Sauerbrunn, Lindsey Horan, Tobin Heath y Christine Sinclair. ¿Este cambio ha sido el paso lógico para ti como futbolista?

RR: Esta nueva etapa es un sueño hecho realidad. Siempre quise jugar en Europa, porque en mi mente creía que allí estaban los mejores clubes del mundo. Sin embargo, Portland Thorns es uno de los mejores del mundo y no está en Europa. Ha llegado el momento en donde se me está dando la oportunidad de jugar con uno de los clubes más famosos del mundo, un club donde también vienen a jugar algunas jugadoras europeas. Esto es lo que yo siempre he querido: ponerme a prueba en cierta forma y ver si puedo dar la talla, rodearme de las mejores para poder ser parte de las mejores, ser campeona en la liga donde participo. Creo que estoy lista para esta nueva etapa, que me he estado preparando para este momento. He trabajado mucho para dar la talla. Ahora queda demostrar, ganarme un lugar e ir a por ello, como dicen los españoles. 

SK: Por último, y debido a la situación actual, ¿qué palabras de ánimo dirigirías a los lectores de She Kicks y a los aficionados del fútbol femenino en general?

RR: Creo que las palabras que tengo no sé si van a ser de ánimo, pero creo que los lectores podrán identificarse conmigo. He tenido días buenos y otros no tan buenos. He tenido muchos altibajos. Me he preguntado si podré superar esta situación o no. Me lo he tenido que tomar un día a la vez. Sin embargo, aquí estamos, aquí vamos todos. El ser humano tiene la grandísima capacidad de adaptarse al cambio, somos resilientes, somos capaces. Creo que, aunque nadie lo hubiera querido, a veces suceden cosas como pandemias mundiales, y la diferencia en cómo experimentamos esto realmente yace en el lente desde donde queramos ver esto. Me cuesta creer que no haya un área en donde tengamos que mejorar. Que este tiempo de dificultad no haya sucedido en vano. Ojalá que sirva para evolucionar hacia ser mejores seres humanos, lo que sea que eso signifique para vos.

Entrevista traducida del español al inglés por @onubacomms, expertos en traducir contenido web y de redes sociales. En Onuba Comms creemos que todas las protagonistas del fútbol femenino deben tener la oportunidad de conectar con su público global. (info@onuba-comms.com)