Diego Valeri, exponente del mens sana in corpore sano

Por Miguel Ángel Fernández de Gracia, ‘community manager’ de Onuba Comms y ex-jefe de comunicación del Movistar Inter Fútbol Sala

En el año 2007 cumplió junto a su Lanús querido el sueño de todo jugador de cantera al proclamarse campeón del Torneo Apertura argentino. Rápidamente, se convirtió en uno de los jóvenes más prometedores de su país. Su carrera continuó en Europa, donde dejó su huella en el Oporto portugués y el Almería español. Actualmente, es santo y seña del Portland Timbers de Estados Unidos. 

Sin embargo, nuestro protagonista de hoy ha cimentado una carrera deportiva bastante alejada de los focos y del estereotipo preconcebido de jugador profesional de élite. Y es que Diego Valeri cumple todos los requisitos para  destacar su historia por encima de la de otros colegas de profesión. 

Su enriquecimiento personal es admirable. Además de su idioma natal, el mediocampista habla alemán, portugués e inglés. Un currículum envidiable que además se ve reforzado por su pasión por la lectura, destacando su ferviente interés por la rama de la teología y filosofía. En sus redes sociales, el jugador refleja a la perfección todos sus conocimientos y creencias. Es un placer seguirle en Twitter (@DiegoDv8) e Instagram (@diegovaleri8).

En Onuba Comms somos defensores a ultranza de que cada jugador, sea de la disciplina que sea, pueda crear un contenido de calidad y poder llegar así de forma efectiva a su audiencia global. El argentino ha integrado por su cuenta todas esas herramientas para poder moldear una figura social media genuina, activa y, lo más importante, con cosas para contar. Todo un referente. 

El propio futbolista sostuvo recientemente en una entrevista que “la vida no se debe reducir a una pelota”. Elegido MVP de la MLS en el año 2017, lleva seis años de enorme felicidad en Portland. Por el momento su futuro parece no moverse de allí, donde sus compañeros de equipo le han apodado el “Maestro” o el “Bibliotecario”. Su fiel creencia en Dios y el amor por su familia se han convertido en sus pilares fundamentales de una vida que merece ser contada.